Ahora que tanto se está hablando, a cuenta del 0-4 del Barça en el Bernabéu, de Carlo Ancelotti y su error de apenas contar con catorce jugadores para toda una temporada cargada de competiciones es el momento de acordarse de la hipotética ventaja con la que ya está contando el Cádiz CF de Sergio.

Ahora que el Madrid se le cae al técnico italiano como en años anteriores se le caía también al que fue su discípulo Zidane, que solía hacer lo mismo, es el momento de traer a colación una situación que en el Cádiz CF no debe darse. Es más, al conjunto que ahora entrena el técnico de Llobregat le pasa todo lo contario. Y sí, puede decirse que a esta recta final liguera su once de gala llega perita al momento más duro de la temporada.

Una de las prioridades que cualquier técnico se impone cuando llega a un club a mitad de temporada y con la manguera para apagar los fuegos es presentarse ante todos sus nuevos jugadores, hacerles ver que todos son iguales y, por último, recuperar a esos que por desgaste ya no eran potables para el equipo debido a las ideas del entrenador despedido.

El caso es que Sergio acude a estas últimas nueve jornadas con un equipo que da alegría verlo dado su frescura. El hecho de que muchos de los que ahora aportan su granito de arena sean fichajes que vienen de equipos donde no jugaban o jugadores que estaban en el ostracismo con Cervera hace que el once se haya reforzado no solo en lo moral sino que también en lo físico. Y a esto hay que unirle el regreso de un futbolista muy importante que está jugando ahora sus primeros minutos de la temporada. En definitiva, que si no viene de paquete este equipo, sí que es de kilómetro cero.

Por partes. El portero, por castigo, debe estar 'plenti' y lo está. Eso sí, Ledesma se encuentra a una tarjeta de la sanción pero el argentino no da razones para preocuparse en lo que a su estado físico se refiere.

En la defensa aparece Carlos Akapo, un jugador que se pasó la primera vuelta a la sombra de Iza y que ha vuelto con muchísimas ganas tras su exitosa Copa de África. Tiene que estar tan aburrido sin fútbol y tener tantas ganas de correr que no duda en plantarse en Cádiz desde Chiclana a las doce de la noche en la búsqueda de unos cascos de esos sin cable que rondarán los 200 euros.

Otro defensa que se encuentra en un espléndido estado de forma es Luis Hernández. El central madrileño llegó en el pasado mercado de invierno tras un año y medio jugando en el Maccabi Tel Aviv de Israel y se les nota unas ganas tremendas en su regreso a la liga española.

Junto a Luis Hernández, en el eje de la zaga también se encuentra otro jugador que está muy fresco de piernas. Víctor Chust, relegado a la suplencia con Cervera, se ha convertido en el líder la zaga y gracias a su empuje y al sentido de la anticipación le está dando al equipo un empaque y un saber estar que la afición lo agradece. El tiempo que estuvo sin jugar con el anterior entrenador lo está sabiendo gestionar a las mil maravillas. Está muy potente. Producto de ello, el Manchester City ya ha puesto sus ojos en él, que tiene contrato un año más con el Real Madrid.

Donde sin duda se ha dejado notar la fuerza que ha irrumpido en el equipo es en la sala de máquinas. Ahí, en ese doble pivote han entrado dos pura sangre que estaban de año sabático en el Valladolid de Pacheta. Esa decisión de no contar con ellos le ha venido de perlas a un Cádiz CF que ahora vuela con dos jugadores en pletórico estado físico. Fede San Emeterio pone el músculo y Rubén Alcaraz la garra y el toque. Están que se sales y eso que el cántabro ha tenido molestias en la rodilla que está superando jornada tras jornada porque él es de hierro.

Sin salir del doble pivote, aparece un jugador que otrora era la extensión de Cervera en el campo. El roteño José Mari se lesionó en el Trofeo Carranza y no ha debutado hasta que ha llegado Sergio y ahora arrimará el hombro estando al cien por cien. Una nueva bendición para Sergio y maldición para su antecesor, que no pudo superar la situación sin su mano derecha en el campo.

Las bandas también han pasado por un baño de agua fría. La criogenización que ha experimentado le ha sentado al equipo como anillo al dedo. Con Salvi ya demasiado cansado, con Chapela olvidado y con Perea fundido, que Idrissi esté comenzando a enseñar la patita por la que fue fichado por el Sevilla y que Alejo haya vuelto a sentirse partícipe del equipo después de ser el último plato para Cervera ofrecen una cara mucho más imprevisible y fresco al ataque del Cádiz CF. Y ambos están recién salidos de la ducha, es decir, listos para pegarse un sprint final como si acabasen de salir del taller.

Y arriba, cómo no hablar de Negredo, relegado al banquillo y a jugar contra equipos de regional en la Copa del Rey con Cervera y ahora viviendo su enésima juventud. Parece cansado en el 70', pero si al vallecano le mandan un melón es capaz de bajarlo, llevárselo al córner y que muera un partido con los tres puntos en el bolsillo. Y si Negredo está saborenando ahora esos minutos que no tuvo en la primera vuelta, su compañero Lucas Pérez es otro al que le quedan muchos kilómetros por correr después de no contar en el Elche para Francisco y llegar a Cádiz con mucha hambre.

En total, son diez los jugadores que llegan a estos últimos y decisivos encuentros de Liga con el tanque de gasolina casi lleno. Y lo más importante, de estos diez, ocho son titulares. Que se dice pronto.

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