Las sesiones son de muy corta duración, aproximadamente media hora, y cada tratamiento se programa de forma independiente, respondiendo a la necesidad del paciente.
La depilación láser es un acto médico muy conocido y aplicado en diferentes espacios, ya sean centros médicos, clínicas o gabinetes estéticos. Por su avance tecnológico, es la técnica más segura para la salud y más eficaz frente a la expectativa de los pacientes.
En la actualidad, se transita lo que los profesionales llaman el “Gold Standard” en eficacia y seguridad. Por ello, se puede hablar de “definitivo”.
El láser trilongitud tiene cierta característica física que permite que se lo pueda utilizar en distintos colores de piel, en diferentes tipos de vellos y durante todo el año, sin importar la estación.
“Este tipo de depilación utiliza un sistema lumínico para producir la eliminación permanente del vello”, explica Mariela Pujol (MP 27921/3 - ME 12030), médica cirujana y especialista en dermatología, al tiempo que asegura que, “desde la primera sesión se comienzan a ver los cambios, pero que la disminución de la cantidad de pelos se observa después de la tercera a quinta aplicación”.
Según la profesional, por lo general se requieren de ocho a doce sesiones para llegar a un resultado permanente en el tiempo.
La doctora Gabriela Corin (MP 26051/2), integrante del Directorio de Sveltia Argentina y de la Academia Sveltia, sostiene que, “desde edades más tempranas, cada vez son más las mujeres y los hombres que encuentran en la depilación láser una solución para eliminar el vello no deseado, tanto por razones estéticas como por indicación médica”.
Hay patologías del pelo, como la foliculitis, en las que es importante poder realizar tratamientos para mejorar la problemática de base. Además de que muchos deportistas, sobre todo ciclistas y nadadores, optan por esta práctica para mejorar su rendimiento.
Las sesiones son de muy corta duración, aproximadamente media hora, y cada tratamiento se programa de forma independiente, respondiendo a la necesidad del paciente. De acuerdo al color de la piel y el tipo de vello, el equipo presetea la energía que va a utilizar en las diferentes zonas corporales.
Para garantizar las normas de bioseguridad, de eficacia clínica y de seguridad eléctrica, hay que corroborar que el equipamiento esté autorizado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat).
Además, en Argentina existe una regulación de radiofísica sanitaria del Ministerio de Salud de la Nación, según la resolución 1.271/01, que establece que ciertos profesionales, como médicos y otros especialistas, pueden obtener una autorización habilitante para ser operadores laser/LPI, luego de realizar el curso de bioseguridad correspondiente y de completar una serie de requisitos regulatorios.
En este escenario, la doctora Corin aclara que “es importante que la persona sepa a dónde asiste, con quién se va a atender y con qué equipamiento, asegurándose que es la manera más segura de realizarse esta práctica”.
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