"A los pacientes con apnea les dan una máquina y les dicen que su enfermedad no tiene cura, pero no es verdad"

2022-06-25 02:26:48 By : Mr. Guote China

Se calcula que un 38% de la población adulta sufre en mayor o menor medida apnea obstructiva del sueño (AOS), una enfermedad que, si no se trata, puede ser muy peligrosa para quien la padece, pues a la larga provoca inflamación sistémica, estrés oxidativo y aumenta el riesgo de padecer enfermedades como diabetes, enfermedades cardiovasculares y aumento de la mortalidad por todas las causas.

Hasta ahora, se consideraba una enfermedad crónica cuyo único tratamiento consiste en aplicar presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) durante la noche a través de una máquina y una mascarilla facial. Sin embargo, un estudio llevado a cabo en la Universidad de Granada demuestra que no tiene por qué ser así y que la AOS puede curarse corrigiendo una serie de hábitos para siempre. La Dra. Almudena Carneiro Barrera, del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) de la Universidad Granada, nos habla de este estudio y de que cómo puede cambiar en un futuro próximo el manejo de esta enfermedad.

Almudena Carneiro Barrera es la encargada de INTERAPNEA, un ensayo clínico dirigido por Jonatan Ruiz Ruiz y Gualberto Buela Casal, en el que se reclutaron pacientes con apnea a los que sometió a una intervención multidisciplinar. Esta intervención iba dirigida a corregir las que se sabe que son las causas de la apnea, el sobrepeso y la obesidad, el consumo de tabaco y alcohol y el sedentarismo, es decir, “a la pérdida de peso y al abandono de hábitos perjudiciales, porque en la sanidad pública el único tratamiento que se ofrece es la presión positiva continua, un tratamiento crónico que no está destinado a curarla. Lo que hemos hecho es seleccionar un grupo de pacientes y actuar en cinco frentes: educación nutricional, ejercicio físico, abandono del consumo de tabaco, de alcohol e higiene del sueño”. 

Tras solo ocho semanas de estudios, los resultados fueron bastante positivos, pues, como nos cuenta Almudena Carneiro, “conseguimos que un 45% de los pacientes lograra la remisión completa de la apnea o reducirla hasta tal punto que pudieron dejar de utilizar la máquina”. A los seis meses, estos porcentajes habían aumentado, pues “el 62% de los pacientes ya habían recibido el alta médica y del 38% restante todos habían mejorado sus apneas”.

El cambio de hábitos que persigue el estudio INTERAPNEA (Interdisciplinary Weight Loss and Lifestyle Intervention for Obstructive Sleep Apnea) no solo mejoró la apnea de los pacientes, sino que observaron que perdieron un 7% de su peso (una media de 6,9 kg.) y un 18% de masa grasa, sobre todo visceral, lo que se traduce en una reducción de comorbilidades cardiometabólicas y en un 40% el riesgo de muerte cardiaca. Es decir, que mejorar su apnea a través de estos cambios les produjo una significativa mejora de su calidad de vida a todos los niveles, incluso los que no consiguieron, en estos primeros seis meses recibir el alta, “todos respondieron, aunque para algunos, estos primeros seis meses no fueron suficientes para quitarse la máscara. Pero ya es un cambio muy significativo si, por ejemplo, pasas de tener 100 paradas a la hora a tener 20”. Además, como el estudio continúa, sigue aumentando el número de pacientes que consigue curarse, “como vamos a hacer un seguimiento a los dos años, después de esos seis meses ya me han llamado algunos pacientes para comunicarme que les habían quitado la máscara”, asegura. Eso sí, Almudena Carneiro Barrera recuerda que el cambio ha de ser para siempre, “si se siguen estos hábitos de vida, la mejora sería para siempre. Si vuelven a los anteriores hábitos, volverían a tener la apnea”, señala.

El objetivo de este estudio es cambiar el manejo que se hace de esta enfermedad en la sanidad, especialmente en la pública, “hace tiempo que se sabe que las causas principales de la apnea son la obesidad, el sedentarismo y los malos hábitos como el tabaco y el alcohol, pero hasta ahora no se había demostrado científicamente con un estudio que estableciera cómo debían ser esos hábitos, como debía ser la intervención, la duración…”. 

Ahora que lo han demostrado, Almudena cree que se debería cambiar el protocolo, “se sabe desde hace años que las causas son estas, pero aun así, el tratamiento que te aplican cuando tienes AOS es una máscara para respirar por la noche, les dicen que es de por vida, que no tiene cura, pero no es verdad. Además, te dicen que cambies de hábitos, pero no te ofrecen un plan de tratamiento”, advierte, “además, a los pacientes les llegan mensajes contradictorios, les dicen que es crónica, que la máquina es para toda la vida, y a la vez les recomiendan perder peso, pero no cómo hacerlo. Yo tengo la esperanza de que esto cambie a raíz de nuestro estudio”.

Almudena insiste que en que, si existen, por ejemplo, centro de rehabilitación cardiaca, donde los pacientes que han tenido un infarto acuden de manera periódica a hacer ejercicio, les dan consejos para mejorar, etc., ¿por qué no puede haber algo parecido con los pacientes de apnea? Aunque es consciente de que les queda un largo camino por delante, están esperanzados y siguen dando pasos hacia adelante, “hay centros privados que se están poniendo en contacto con nosotros para que les enseñemos a implantar el plan y estamos repitiendo este mismo estudio en otros centros de Sevilla, Málaga y Córdoba para que el resultado se pueda generalizar. Nuestro objetivo es extender esta red, incluir también muestras de mujeres e ir extendiéndolo poco a poco a toda la sanidad pública”, asegura. Y es que, si los resultados de este estudio son extrapolables, se podría mejorar la calidad de vida -y la salud general- de los 1.000 millones de personas en el mundo padecen AOS. Toda una revolución en materia de salud.

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